Nemesis
Anoche fue la noche.
La noche en que, después de mucha espera, pude ver la última película de Star Trek.
Hay algo peculiar en eso.
Tantas veces vistos los capítulos de las 7 temporadas de The Next Generations (la serie Trek que más me seduce), el saber qué dirá cada personaje, cómo se resolverá cada situación, cuáles serán las consecuencias de los actos de la tripulación, etc.
Pero ahora, y sólo por anoche, poder verlos sin saber qué pasará. Apenas adivinando en función de conocerlos más o menos bien.
Es toda una situación.
No comentaré el final, se lo dejo al sentir de cada uno. Sólo diré que no dejó de arrugarme un poquito el corazón. Hubo mucha sensación de finalización. Quizás por lo que sucede en la película. Quizás porque jamás sabermos si habrá otra nueva película de Star Trek hasta que la filmen.
Creo que lo fundamental de la película pasa por dos lados. Esa fase oscura que todos tenemos. Aquello en lo que nos podríamos haber convertido en circunstancias menos favorables (o más favorables, por qué no). Creo que es para pensarlo. Sobre todo cuando levantamos el dedito índice, muy orgullosos de nuestra ética, nuestra rectitud, nuestros principios inamobibles, para criticar a alguien menos afortunado. Se me ocurren algunos lugares en dónde ese dedito índice podría ser más útil o, al menos, causar menos daño.
Pero también la película es una reflexión sobre qué somos.
¿Un amasijo genético determinado desde la misma concepción?
¿El fruto de una compleja red de circunstancias en las que crecimos y que nos han modelado?
¿Una mezcla de las dos cosas?
Es para opinar (una ida y una vuelta, de eso se trata)
Pero yo agregaría un tercer eje. Las opciones que tomamos, las actitudes que definimos, el ejercicio de la propia libertad.
En definitiva, creo que es eso lo que nos hace ser lo que somos. Esa es la autodeterminación. No es que lo otro (genética y circunstancias ambientales) sean irrelevantes, para nada. Pero por sobre todo, antes que todo, después de todo, sigo siendo yo el que elijo (más o menos condicionado, pero elijo).
Como dijo una vez el viejo Victor Frankl (discípulo de Freud, prisionero de los campos nazis): "aún cuando nos encontramos entre la espada y la pared seguimos siendo libres. Podemos elegir entre morir cobardemente refugiados contra la pared; o podemos elegir lanzarnos con valentía y nobleza sobre la espada"
La noche en que, después de mucha espera, pude ver la última película de Star Trek.
Hay algo peculiar en eso.
Tantas veces vistos los capítulos de las 7 temporadas de The Next Generations (la serie Trek que más me seduce), el saber qué dirá cada personaje, cómo se resolverá cada situación, cuáles serán las consecuencias de los actos de la tripulación, etc.
Pero ahora, y sólo por anoche, poder verlos sin saber qué pasará. Apenas adivinando en función de conocerlos más o menos bien.
Es toda una situación.
No comentaré el final, se lo dejo al sentir de cada uno. Sólo diré que no dejó de arrugarme un poquito el corazón. Hubo mucha sensación de finalización. Quizás por lo que sucede en la película. Quizás porque jamás sabermos si habrá otra nueva película de Star Trek hasta que la filmen.
Creo que lo fundamental de la película pasa por dos lados. Esa fase oscura que todos tenemos. Aquello en lo que nos podríamos haber convertido en circunstancias menos favorables (o más favorables, por qué no). Creo que es para pensarlo. Sobre todo cuando levantamos el dedito índice, muy orgullosos de nuestra ética, nuestra rectitud, nuestros principios inamobibles, para criticar a alguien menos afortunado. Se me ocurren algunos lugares en dónde ese dedito índice podría ser más útil o, al menos, causar menos daño.
Pero también la película es una reflexión sobre qué somos.
¿Un amasijo genético determinado desde la misma concepción?
¿El fruto de una compleja red de circunstancias en las que crecimos y que nos han modelado?
¿Una mezcla de las dos cosas?
Es para opinar (una ida y una vuelta, de eso se trata)
Pero yo agregaría un tercer eje. Las opciones que tomamos, las actitudes que definimos, el ejercicio de la propia libertad.
En definitiva, creo que es eso lo que nos hace ser lo que somos. Esa es la autodeterminación. No es que lo otro (genética y circunstancias ambientales) sean irrelevantes, para nada. Pero por sobre todo, antes que todo, después de todo, sigo siendo yo el que elijo (más o menos condicionado, pero elijo).
Como dijo una vez el viejo Victor Frankl (discípulo de Freud, prisionero de los campos nazis): "aún cuando nos encontramos entre la espada y la pared seguimos siendo libres. Podemos elegir entre morir cobardemente refugiados contra la pared; o podemos elegir lanzarnos con valentía y nobleza sobre la espada"
1 comentario
Blanca -
Por eso me encanta leerte, porque nunca te falta esa vueltita de tuerca que yo suelo perderme.
Será cuestión de verla de nuevo.