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La Autodeterminación: ¿Un año más cerca?

Hacia fines del 03, lanzábamos en este blog una nueva sonda Voyager ("2004: ¿un año más cerca o más lejos?").
La misma tuvo su primer parte de la respuesta ("La ética del poder: un año más lejos").
Llegó la hora de la segunda parte de mi modesta respuesta. El problema es que esta respuesta es más una pregunta que otra cosa.
Pregunta dirigida al corazón, a la conciencia, a la mente y el espíritu de cada uno que tenga ganas de responderla: ¿vos, estás más cerca o más lejos?
Porque la utopía Trek (con sus valores, propuestas, ideas, conceptos, etc) es algo mayoritariamente viable en la mayoría de las circunstancias en que vivimos.
Por supuesto que, casi siempre, el entorno no favorece el desarrollo de utopías humanistas y sociales (más bien todo lo contrario). Pero ¿desde cuándo quedó abolida la autodeterminación?, ¿cuando nos amputaron la libertad?, ¿en qué momento perdimos los genes que nos hacen ser soberanos de nosotros mismos, dueños de nuestras desiciones, señores de nuestras opciones?.
Me cansa la actitud de criticar el entorno (cosa que comparto y aliento) para después, sencillamente, justificarnos por ese mismo entorno. Esa actitud se torna una complicidad encubierta (y posiblemente involuntaria) con las propuestas.
Y, lo que es peor, nos hace olvidar que nadie nos puede obligar a vivir como no queremos.
Lo repito, las circunstancias nos condicionan. Nos presionan. Nos exigen muchas veces de un modo dramático. Pero no quedamos determinados como individuos. Sólo podemos autodeterminarnos.
Victor Frankl (ex-discípulo de Freud, prisionero de campos de concentración, mente brillante del sieglo 20) hace una fuerte defensa de la libertad del ser humano. Él decía que aún cuando estamos entre la espada y la pared podemos elegir: morir cobardemente contra la pared o lanzarnos noblemente hacia la espada. Muchas veces las opciones que nos quedan no son las que preferiríamos; pero eso no significa que no podamos elegir.
Seguro que la realidad no es la que queremos. Seguro que está cada día más lejos de la utopía Trek (o de cualquier otra utopía), pero, ¿eso es excusa para dejar de vivir en base a los valores que nos conmueven, a las opciones que nos hacen más felices, a las prioridades en las que más creemos?
Por eso, yo me pregunto, cuán más lejos o más cerca estoy YO de vivir la utopía a la que adscribo. En mi trabajo, en mi familia, con mis amigos, ¿construyo una pequeña, modesta pero muy real "federación"?
Sé que de mí depende.
Y el entorno no es una excusa, apenas es una condición adversa (muy adversa, está bien).
Por eso esta segunda parte de mi respuesta es una pregunta. Que cada lector pueda hacerse cargo de responderla y, si fuera pertinente, mejorarla.
A mí me hace muy feliz saber que mi vida está en mis manos. Como corresponde.

1 comentario

Blanca -

Sabía que iba a valer la pena leer esta otra parte. Me autorrespondo con optimismo, por suerte :)